domingo, 4 de marzo de 2012

Una jornada inolvidable

El pasado sábado nuestra Asociación vivía uno de sus momentos más importantes y emotivos desde la puesta en marcha de la misma allá por el mes de junio.
  Nos reuníamos para celebrar un almuerzo y a la vez rendir un reconocimiento al matador de toros de Linares David Gil. Un acto que pretendemos institucionalizar de forma anual.
   En esta primera ocasión el elegido ha sido David Gil. Una elección unánime. David Gil ha estado toreando de forma continuada los últimos diez años en los ruedos de Hispanoamérica, haciendo el paseíllo en plazas de México, Ecuador y Perú, donde ha llegado a convertirse en figura del toreo. 
  Su historia encierra muchas luces y sombras que no podíamos ni imaginar. Diez años de sacrificio, lucha y sobre todo poner su vida en riesgo por plazas muy singulares y ante toros de todo tipo. Diez años, precisamente en los que no ha vuelto a pisar la plaza de toros de Linares, su pueblo, para hacer el paseíllo vestido de luces. Nosotros, desde aquí, pedimos como aficionados su inclusión en algún cartel de la próxima Feria de San Agustín.
  
En la mesa presidencial estuvieron el Presidente, Arturo Montilla, el Vicepresidente, Juan Peco, el Secretario, José Luis Marín y nuestro homenajeado.
  El Secretario hizo las funciones de presentador del acto y moderador del coloquio que se mantuvo con el protagonista. Hizo un repaso aproximado de los primeros meses de vida de nuestra Asociación, indicando en cómo de una idea "lanzada al aire" ha quedado materializada en una realidad que ni en nuestros pensamientos más optimistas podíamos imaginar.Tuvo palabras para los compañeros que en el día de ayer por diversos motivos no nos pudieron acompañar.

El testimonio de David Gil nos emocionó y nos estremeció. Sus vivencias, su odisea, sus miedos. Tomar la decisión nada fácil de irse hasta América a torear ya que aquí no lo ponen en ningún cartel y dejar atrás su familia e incluso ser padre de su primer hijo y no llegar a conocerlo hasta pasados unos meses.


Hicimos entrega de un obsequio en recuerdo de esta cita y cerró el acto nuestro Presidente, visiblemente emocionado tras oír hablar al diestro. Arturo recordó aquella tarde en que toreó David Gil en la plaza de Jaén una de Partido de Resina en el 98, y cómo diez años más tarde ha podido ver lo durísimo que es el toreo y que no todo son tardes de gloria. Tuvo también palabras de ánimo para la Asociación y los momentos vividos hasta hoy.
  Posteriormente compartimos un almuerzo entre socios, familiares y allegados, prologándose la jornada hasta bien entrada la noche. Un día de convivencia en el que una vez más hemos querido compartir aquello que nos une: nuestra pasión por la Fiesta de los Toros.Y en esta ocasión, además, hacer un homenaje a un paisano que se ha jugado la vida muchas tardes todo por no renunciar a su sueño de hacer aquello que más le gusta: torear.

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